martes, 3 de noviembre de 2009

Autonomía del Pensamiento.

En una figura astrológica natal existen diversas maneras de abordar las entidades psicológicas que se generan en la mente humana, pero, ¿qué es en realidad una entidad psicológica? Y ¿qué influjo posee en la vida de una persona?

También llamadas pensamientos, subpersonalidades, partes internas, básicamente existen algunas diferencias entre las mismas, pero todas responden a la misma forma, “un pensamiento”.

El sistema mental, se configura en el alma humana, entendiendo el alma como la configuración psicológica del ente físico.
Este sistema está conformado por diferentes facultades, entre ellas, la facultad de pensar, que usualmente suele confundírsela con otras facultades, como analizar, o atender, y es natural que así sea, por el gran desconocimiento que se posee sobre el fuero interno y su mecanismo.

El pensamiento, como entidad psicológica autónoma, se genera en la mente, se desarrolla y alcanza vida propia. Pese que responden a una naturaleza inmaterial, son visibles y tangibles tanto como si fueran de materia concreta. Nacen cuando anhelamos algo, cuando necesitamos, aspiramos o deseamos alcanzar algo. Veamos un poco más.

Mediante una analogía podremos comprender como nace un pensamiento, una entidad psicológica.
María decidió fabricar una mesa, vio en una revista una mesa rústica y cuando fué a un comercio a adquirirla, el presupuesto estaba más allá de sus límites, que hacer entonces?

Comenzó por buscar información de carpintería, no tenía la más mínima idea de carpintería, pero su gran ilusión y anhelo era tener esa mesa para colocarla en su cocina.
Buscó en la Web y encontró mucho material al respecto, así que fue a un aserradero y adquirió madera peleando el precio, luego consiguió los elementos como sierra, lijas, clavos, goma de carpintería, barniz, etc.
No fue fácil, fue una tarea totalmente novedosa, donde debió incorporar nuevos conocimientos, indagar, preguntar a otras personas que sabían trabajar la madera etc.

Gradualmente la mesa fue tomando forma y la alegría con ello tuvo lugar, por fin coronó el resultado mediante la labor y el esfuerzo y la mesa nació, tal vez no como la comprada, pero una mesa rústica al fin y al cabo. La mesa representa la vida de ese pensamiento plasmado.

Y que fue eso? El nacimiento de una entidad psicológica, un nuevo pensamiento que surgió como una idea respondiendo a un deseo, un querer, fue mutando gradualmente a pensamiento mientras María se informaba y lo llevaba a la práctica, cuando la mesa estuvo terminada supo que esta nueva sub personalidad ocupaba un lugar dentro suyo y tenía todos los conocimientos necesarios para trabajar la madera, antes de eso ella no existía.

Podemos ver como se forma gradualmente y como nos motivamos para darle nacimiento y forma dentro nuestro, con el tiempo esta sub personalidad toma fuerza y carácter, directamente obra con conocimiento, pero por ejemplo esa sub personalidad, de cocina no sabe nada, por que es otra la sub personalidad que posee los conocimientos gastronómicos, de ser madre tampoco comprende, por que es otra la parte interna que maneja la maternidad… y de este modo podemos ir dándonos cuenta como se interrelacionan en el mundo interno.

Al sistema mental lo rige Mercurio, más este sistema está configurando en el alma, lo que implica que Mercurio depende de la Luna, ya que la Luna es la que configura el alma en una figura natal.
El alma está conformada por tres sistemas, mental, sensible e instintivo, por tanto Mercurio rige al sistema mental, Venus al sistema sensible y Marte al sistema instintivo, y todos responden al alma, a la Luna, y tenemos el primer cuadrante formado en una figura natal, el cual corona con la Luna, casa IV y el signo de Cáncer.

Todo lo que active la Luna movilizará abiertamente al alma, y repercutirá sobre Marte, Venus y Mercurio.
Cuando los tránsitos activan a cualquiera de estos planetas ponen en funcionamiento el alma completa y con ello las subpersonalidades, sean mentales o sensibles, cuando no, instintivas ya que Marte rige sobre la pasión, ésta responde directamente al instinto.

Este sistema, el instintivo, se encarga de la supervivencia y conservación del cuerpo físico, del resguardo y defensa de la propia vida, cuando está fuertemente configurado se opone a los otros dos sistemas y el alma entra en conflicto.

Cuando no podemos llegar a decidir algo y damos vueltas, preguntamos aquí y allá, nos sentimos confusos, es por que las partes internas no pueden llegar a un acuerdo.
Si Marte fuera activado abruptamente, perderíamos el control interno y la pasión tomaría las riendas de la vida.

Comprender gradualmente la vida interna, nos permite conocernos, entender el poder y autonomía de los pensamientos, de estas entidades psicológicas, que manejan nuestra vida cuando no somos concientes.





© Cristina Scharle 2009.

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